Ni víctimas ni mártires

Nuestra responsabilidad como periodistas es por el derecho a la información que tiene toda la ciudadanía. Si en esa responsabilidad hay errores, es hora de desterrarlos; pero ya en serio. Basta de discursos huecos de salón, basta de veladas con vino, donde siempre dicen lo que nunca van a hacer...
Es hora de redimir el mayor capital que un reportero puede tener: la credibilidad.
Si el Presidente Evo Morales tiene quejas graves contra el trabajo de la prensa, le asiste su derecho a reclamar, como a cualquier ciudadano. Pero DEBE hacerlo por el camino institucional. Su investidura lo exige, aunque siga creyendo que no lo es.
El Gobierno del presidente Morales debería comprender que la información no es su privilegio; no es una prerrogativa del poder y tampoco puede convertirse en mercancia para que los medios la conviertan en "algo que se vende".
La información es un bien público que nos hace crecer como sociedad, pues nos permite conocer los males con los que caminamos. Sólo así podremos eliminar viejas heridas que –al parecer– pretenden convertirse en puñaladas rojas de esta nueva gestión…
Ilustración: Javier Menchaca (Mencho). Periódico La Prensa (La Paz-Bolivia)
No podemos estrellarnos contra el operario de una tornería, si de antemano conocemos al jefe del empleado. Y tampoco tenemos el derecho de hacerle pasar a éste una vergüenza pública, porque dizque hizo mal su trabajo.
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